RESEÑA: Para aprender, si la suerte nos sonríe - Becky Chambers



Cubierta de Sara H. Randt


Ficha técnica
 

Título: Para aprender, si la suerte nos sonríe

Autora: Becky Chambers
 
 Traductora: Pilar Ramírez Tello
 
Editorial: Crononauta
 
Saga: NO

Páginas: 260
 
Precio: 19 / 7,6 €
 
Año: 05/2024


Sinopsis 

A principios del siglo XX la humanidad descubre un método revolucionario que permite a les astronautas sobrevivir en otros planetas gracias a suplementos biológicos sintéticos. Sin la fragilidad humana como límite, por fin es posible viajar a exoplanetas vecinos que albergan vida.

Beneficiándose de estos avances, Ariadne O’Neill y su equipo exploran un sistema planetario a quince años luz de distancia del Sol. Su misión: estudiar la habitabilidad de esos mundos.

Sin embargo, mientras Ariadne se adapta biológica y temporalmente, la vida en la Tierra se transforma. Enfrentándose a la posibilidad de volver a un planeta que ha olvidado a quienes se marcharon, Ariadne comienza a documentar las maravillas y peligros que afrontan en su misión con la esperanza de que alguien en la Tierra aún pueda escucharles.



Opinión personal
 

He hablado de Becky Chambers en innumerables ocasiones, incluyendo reseñas a publicaciones como Monje y Robot, un compendio de dos novelas cortas que comprenden una historia llena de calidez y humano entre un monje de te y un robot en un mundo utópico. Lo edita también Crononauta y es una obra muy recomendable (podéis leer mi reseña aquí), También he hablado de serie Wayfarers que aquí empezó a publicar Insólita no han terminado de traducir al castellano, con esta obra descubrí a Chambers y me maravilló su tipo de ciencia ficción, pero de eso hablaremos largo y tendido.

Monje y Robot es la obra que más me conquistó de esta autora pero ya en ella hablé de esta historia a la que también le tenía echado un ojo. Si os habéis leído esa, decir que esta es una historia diferente. Si bien Chambers mantiene ese enfoque que le da en sus obras a los personajes, a sus relaciones y a hablar de esas pequeñas cosas de la vida, en esta historia hay elementos más biológicos, desde el entorno que rodea a los protagonistas hasta la visión de ellos a sí mismos.

 

Cubierta de la edición de Hodder & Stoughton


Para aprender, si la suerte nos sonríe nos hará conocer a Ariadne, Chikondi, Jack y Elena, los cuatro son un grupo de astronautas que han emprendido un viaje interestelar hacia un sistema planetario inexplorado para evaluar la capacidad de vida en esos planetas y la habitabilidad de los seres humanos en los mismos. Sin embargo, los humanos ya son capaces de adaptarse a condiciones diferentes de las terrestres gracias a unos parches que les proporcionan los suplementos biológicos para adaptarse durante el tiempo que dura el viaje espacial hacia los territorios que quieren explorar.

Para ellos fue una decisión de olvidarse de su vida en la Tierra y tener la oportunidad de conocer muchas especies y territorios inexplorados. Tras hibernar durante el primer viaje se aseguran de tener un aspecto lo más cuidado posible para explorar el planeta, pero sobre todo de cara a la convivencia con el resto de sus compañeros. 
 
Eso es lo normal, después llega la parte de análisis de los ecosistemas y entre viajes y análisis están atento a las noticias que les llegan desde la Tierra. Estas suelen tener años de diferencia, lo normal a la distancia a la que han viajado, pero empiezan a preocuparse por el tipo de noticias que les empiezan a llegar y se le junta a la incertidumbre de la frecuencia y de las vidas que han dejado atrás, y lo que eso conlleva... Y tendrán que tomar las correspondientes decisiones.


Una polilla antes fue una oruga, pero ya no lo es. No puede volver a deshacerse, no puede hacer la metamorfosis al revés. Si intentara volver a comer hojas, moriría de hambre. Si se arrastrara de nuevo al interior de su capullo, no obtendría refugio. Es una paradoja: la imposibilidad de reclamar lo que quedó atrás mientras vives en una forma compuesta en su totalidad por los pedazos reconvertidos de ese mismo pasado. Existimos donde empezamos, pero permanecer ahí significa la muerte

Cita de Para aprender, si la suerte nos sonríe


Chambers en esta obra se vuelve más filosófica, un poco como el grupo variopinto de protagonistas a los que no les mueve el típico fin que se les suele dar a los astronautas, sino que además de tener genuino interés por lo desconocido también tienen un punto de vista sobre la vida distinto al común, por ello la exploración espacial que hace la autora tampoco es la habitual, no hay más fin que saciar la curiosidad humana y ese ansia infinita de conocimiento.

A pesar del tono reflexivo, la autora no deja de hacer denuncias relevantes hoy en día y mirar de cara al futuro con temas que también tienen que ver con la propia exploración espacial, los ecosistemas y el impacto que puede tener parte de una especie en uno o más territorios. También es una obra con un enfoque bastante utópico que sigue la estela de Monje y Robot pero la lleva a un contexto diferente en el que la sociedad humana no está como tal, sí en la vida de los protagonistas por las decisiones que tomaron, pero no en la propia historia. 
 
En esta novela corta, el corazón lo tienen solo estas personas, y todo lo demás es bastante secundario (curioso teniendo en cuenta las condiciones de su planeta y que una organización los mantiene, pero encaja bien con este tipo de historia) .


 
Cubierta de la edición de Harper Voyager
 

Sin duda es una obra que demuestra que pese a tener un enfoque diferente, Chambers puede escribir ci-fi "más dura" sin perder ese misticismo de la maravilla de sus historias ni lo reales que se puede sentir a sus personajes. Para aprender, si la suerte nos sonríe es una carta de amor a la ciencia y a la humanidad enfocándose en ese sentimiento que nos mueve a aprender (siendo conscientes del privilegio que es) y en un grupo reducido de personajes a los que puedes considerar hogar. Para conocerlos, tan solo tienes que abrir las primeras páginas.
 

 


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