Entrevista a Alba Quintas Garciandia: “La voz de plata es una de las novelas más sinceras que he escrito”

En agosto la página estuvo de vacaciones, pero no la persona que está detrás de ella. Entre muchas otras cosas, tuve el enorme placer de leer La voz de plata y entrevistar a la autora gracias al maravilloso equipo de Insomnia Ediciones.

Por si no la conocíais, os hago una breve bibliografía. Alba Quintas Garciandia es escritora de narrativa como La chica del león negro (Plataforma Neo), La flor de fuego (Nocturna Ediciones), La venganza de Ariadna (Nocturna Ediciones) y La voz de plata (Insomnia Ediciones). También tiene una vena teatral inmensa que se nota en sus propias novelas (Globe) y en obras que ha adaptado a teatro como Celia en la revolución, de Elena Fortún.



Una vez hecha la pequeña presentación, ¡dentro entrevista!


La voz de plata me encantó desde el primer momento por toda la maravilla que desprende la ambientación y que también desprende la belleza del habla de los dos personajes protagonistas. ¿Cómo nació la primera idea de la novela? 

De alguna manera Marco Polo comenzó a aparecer mucho en mi vida. Primero fue la lectura de Las ciudades invisibles de Italo Calvino, después la serie de Netflix (que a mí me parece estupenda). Empecé a investigar y a obsesionarme con el personaje. En un principio quería hacer un cuento infantil, pero en fin… creo que se me fue de las manos. 

Ahora te voy a hacer sufrir un poco... ¿Cómo hablarías tú de La voz de plata?

Ay… como bien sabes, hablar de lo que escribimos es lo que menos nos gusta hacer a los escritores. Supongo que puedo decir que es una de las novelas más sinceras que he escrito, y también que tiene la forma de entender la literatura más pura que he trabajado. Escribí esta historia sin ningún tipo de preocupación comercial o editorial, por así decirlo, y más que nada recuerdo el proceso como un juego.

Además, me encanta la estructura narrativa con la que acabé dando, tan sencilla para una historia que en sí misma es compleja, porque al final cuento cinco noches a lo largo de un periodo de tiempo de ventipico años. La pregunta más difícil a la hora de encarar este proyecto fue el cómo quería contar la historia. También me fascina la importancia de los diálogos y sobre todo del subtexto. Como bien saben en teatro es mucho más importante lo que los personajes escogen callar que lo que dicen. Y eso está muy presente en esta novena.

La voz de plata es una novela que no pertenece a una fantasía pura como sí hiciste en La chica del león negro y Globe. En tu historia de Marco Polo y Kublai Khan aparecen diversos elementos que estarían más cerca del realismo mágico. ¿Es un género que te gusta leer o escribir?

Gabriel García Márquez sostiene que la primera condición del realismo mágico, como su nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece fantástico. Si tomamos su definición (y no sé vosotros, pero para mí todo lo que dice Gabo está por encima de los diez mandamientos) en lo más amplio, los diarios de Marco Polo podrían ser tomados perfectamente por una obra de realismo mágico. 
Por lo tanto, cualquier novela que hablara sobre este personaje histórico tenía que acercarse al realismo mágico, tenía que trabajar en ese terreno que aúna realidad y fantasía, verdad y mentira. He crecido con los grandes autores del realismo mágico, con Gabo, con Allende, con Rulfo. Eliminando el contexto geográfico, incluiría a Murakami en la lista. Y sí, también encaja en mi escritura. Había algo de ello en La venganza de Ariadna, porque si hay una tierra para el realismo mágico en España, esas son las aldeas gallegas.

Como lector y escritor, tengo mucha curiosidad por la documentación antes de una novela y mucho más ante una historia como esta en la que los dos personajes protagonistas son el gran (y casi único) peso de la novela. ¿Podrías contar cómo fue el proceso de documentación de La voz de plata?

Enlazando un poco también con la pregunta anterior, reconozco que desdeño la definición de realismo que se da hasta la fecha. Creo que la percepción de la realidad no es única ni homogénea; ni siquiera creo que la realidad sea única, y por eso me gusta trabajar en esos terrenos en los que realidad y fantasía se confunden, que son terrenos que están mucho más cercanos a la vida real de lo que nos imaginamos. En esta novela me interesaba sobre todo la mezcla entre fuentes historiográficas de primera mano, como son los Diarios de Marco Polo, el que en un principio se llamó el Libro del Millón, y la fantasía. 

Porque el Libro del Millón se trata muy a menudo como si fuera una fuente histórica, pero en realidad está lleno de fantasía. Marco Polo hablaba de montañas que son único ser vivo respirando, de metales que no existen, de ladrones que usan los poderes de la niebla en el desierto para atacar a los viajeros, o de espíritus que rondan por las casas de sus descendientes. Él sí entendía que fantasía y realidad no siempre se diferencian tanto como uno pudiera pensar, y que a menudo lo único que tira la balanza de un lado o del otro es la manera en la que lo contemos. Estaba convencido de que todo aquello que había contado en sus memorias era real. Por eso me fascina como personaje y me resultó tan fácil entender al Marco Polo que yo quería crear.

Para la portada elegisteis a Randt como ilustradore y debo decir que me parece un resultado maravilloso, tanto en la cubierta como en los detalles interiores. ¿Conocías su trabajo o fue una sugerencia del equipo de Insomnia Ediciones? ¿Cómo ha sido el proceso de creación de la cubierta?

May, la editora jefa de Insomia, y yo teníamos muy claro la estética y el concepto que queríamos para la portada. Sabíamos que queríamos un colorido que sobre todo destacara por un azul intenso, con un diseño bastante simbólico e incluso ornamental, y que sobre todo no queríamos una ilustración de un personaje. La verdad es que nos fijamos bastante en ediciones clásicas en el del mercado anglosajón. Entonces May me envió una lista de ilustradores que ya pensaba que podían adecuarse a este estilo y de entre ellos en el primer lugar estaba Randt. 
Ya conocía alguno de sus trabajos previos y dije que sin duda me parecía la mejor opción, y desde luego me quede me quedé muy corta, porque el resultado ha sido increíble. De hecho yo diría que ha mejorado la idea que teníamos nosotras; la imagen simbólica del caminante con sus lunas fue entera de ella, y es una imagen preciosa y que ilustra muy bien el espíritu de las historias de Marco Polo.


Cubierta completa de La voz de plata

¿Te gustaría o te plantearías escribir alguna historia más como La voz de plata? ¿Hay algún personaje histórico al que te encantaría trasladar a ficción en una próxima novela?

Sí, ya es algo que hice, salvando las distancias, con La flor de fuego que lleva a la ficción el tiroteo en el instituto Columbine y que combina personajes reales con ficticios. Y mi TFG, de hecho, fue un estudio de cómo tratar en dramaturgia acontecimientos históricos, e incluía una obra de teatro acerca de Jan Palach, un estudiante checo que se prendió a sí mismo fuego para protestar contra la represión soviética que apagó la llamada primavera de Praga. Quiero volver a coger a Palach, porque es mi mito contemporáneo personal. Ningún autor puede, o debería poder, escapar de la historia, escriba el género que escriba.

A esta novela no la consideraría un retelling como tal, aunque al comienzo de la novela se hable de Scheherezade y Las mil y una noches en comparación a las cinco noches que Marco Polo debe ofrecerle a Kublai Khan. Los retellings cada vez tienen más hueco tanto en el panorama internacional como en el nacional, ¿has leído alguno que te haya apasionado?

De hecho, una parte de este año me lo he pasado enfrascada en retellings de Alicia en el País de las maravillas, porque tengo un proyecto que pasa por reescribir el universo de Alicia y la figura histórica de Lewis Carroll con todos sus aspectos oscuros. Me ha fascinado desde el principio el retelling que tiene Marissa Meyer al respecto, Heartless, que es apasionante y que habla de la reina de corazones, y dibuja un país de las maravillas con esa oscuridad que yo creo que ya está presente en la obra de Carroll y que ella hace mucho más patente. 

También, por supuesto, me encanta el retelling de La sirenita que hizo Louise O’Neill y que en nuestro país ha publicado Plataforma Neo. Me parece fascinante. Tiene un componente feminista muy muy fuerte y es una lectura de la sirenita muy moderna y muy necesaria. En general me gustan mucho los retellings, para qué mentir, por esa capacidad de mirar a historias pasadas desde una perspectiva moderna y aprender tanto del pasado como de nuestro presente por la perspectiva que le aplicamos.

En este libro haces un homenaje constante a la importancia y la belleza de las palabras, al arte de contar historias en sí mismo, con la figura de Marco Polo y Kublai Khan. A parte de este más evidente, ¿hay algún otro? ¿Qué otros homenajes o mensajes has dado en tus novelas? 

Hay uno muy claro, creo, que es a la cultura clásica. La verdad es que ni la Edad Media, la época en la que vive marco Polo, fue tan oscura como la pintan, ni el Renacimiento supuso un auténtico renacimiento. A mi entender son términos que están demasiado polarizados y que no tienen mucho que ver con la realidad histórica. 

En la novela hablo de muchas de mis historias clásicas favoritas. Por ejemplo, el Hipólito de Eurípides es mi tragedia clásica favorita y tiene un papel central en una de las escenas entre Marco Polo y Kublai. Creo que también se nota la fascinación por Alejandro Magno y por lo que supuso, y el mito en el que luego se convirtió y que acabó trascendiendo al personaje histórico. Y, por supuesto, el retorno de Marco Polo a su hogar bien puede ser el retorno de Odiseo a Ítaca, porque ese es el padre de todas las historias de regreso a casa. 

Mi otro homenaje, mucho más escondido, es al teatro. La estructura en cinco noches son los cinco actos de la Poética de Aristóteles, y la dinámica de un personaje contra otro es una estructura plenamente teatral y sus diálogos están muy dramatizados. Yo soy alguien que también ha trabajado en teatro, y me interesa siempre llevar lo que aprendió de un género al otro.

Además de como escritora, sé que has trabajado como dramaturga en la adaptación a teatro que hiciste de Celia en la revolución, obra de Elena Fortún. ¿Qué es lo que te motiva a escribir tanto narrativa como teatro? Dos formas de contar historias, al fin y al cabo, pero son dos mundos muy diferentes vistos desde fuera.

Para mí el teatro es pura magia. Siempre lo ha sido. Alguien escribe en un papel unas líneas de diálogo que otros darán vida tanto actuando como trabajando en el escenario, dirigiendo, poniendo el sonido, lo que sea. Y el espectador lleva a cabo una especie de ritual cada vez que entra en un teatro y se sienta en una butaca. Nada se compara a la magia que tiene para mí ver una obra de teatro. Soy de las que piensa que el texto teatral no vale nada si no es representado, y de hecho yo tengo obras de teatro escritas que nunca han sido representadas y casi ni las cuento. Creo que en el teatro conservo un poco más ese gusto de hacer las cosas porque simplemente las disfruto y me divierten. 

Mientras hacíamos Celia en la revolución, que fue una producción importante, sala grande del Centro Dramático Nacional, diez actores, yo tuve la suerte de escribir parte de la obra mientras los actores ensayaban y puede retocar el texto; simplemente disfrutaba de estar allí trabajando y no me planteaba mucho más. En la narrativa sí, en la narrativa ya empieza a pensar en temas de editoriales, de mercado, y los lectores que me van a leer, y no te creas que eso me gusta y me convence como artista, pero también trabajo en un gran grupo editorial y es un poco lo que hay. En el teatro no. En el teatro todavía conservo la ingenuidad y lo artístico como único criterio, y eso me gusta mucho.

A diferencia de tus otras novelas publicadas, La voz de plata es una novela corta. ¿Estás acostumbrada a este formato de historias como escritora?

He escrito varias novelas muy cortas, en lo que pasa es que como muchas de las cosas que escribo no han salido publicadas. Honestamente creo que no he publicado ni la mitad de las cosas que he escrito, tengo muchas obras en un cajón, y eso me parece positivo. Me siento igual de cómoda con ese terreno que para los teóricos es tan difícil de catalogar (nunca me ha gustado el término novelette, por mucho que ahora se esté usando tanto) que con novelas un poco más largas. 

Normalmente siquiera me planteo la extensión que va a tener una novela cuando tengo la idea, simplemente hago una escaleta que esté lo más ajustada posible, sin escenas de relleno (herejía máxima de la narrativa) y luego de ahí sale la extensión que sale. ¿Qué sale algo más impublicable porque las editoriales tienen bastante claro el tipo de extensión que encaja con su rango de precios? Pues nos fastidiaremos todos. Soy bastante rebelde en esas cosas.

Con esta novela, los royalties que tienes como autora van dirigidos a una entidad sin ánimo de lucro: la Fundación 38 Grados ¿Qué te llevó a tomar esa decisión? 

Honestamente, tampoco es una decisión muy difícil de tomar. En su momento Juan Mata inauguró una asociación que invitaba a los futbolistas a donar un 1% de su sueldo, ¡los futbolistas! Me da igual sus razones, me da igual si sirve para blanquear su imagen, al final hacer algo siempre sirve más que quedarse en casa. Nosotros, que somos la cultura y se supone que defendemos unos valores desde nuestra voz y somos un grupo social bastante progresista y esas cosas, deberíamos tener el triple de estas iniciativas; por mucho que ganemos diez veces menos, muchos podemos permitirnos donar aunque sea una parte pequeña, pero no hay casi nada. 

Ya se sabe: el mercado editorial de este país, la precariedad del sector cultural, el tener la cabeza más metida en rollos editoriales y comerciales que en otras cosas más importantes, yo la primera. ¿Por qué ahora y por qué la 38 grados? Fácil: por duro que suene decirlo, he visto morir a demasiada gente de mi entorno este último año. Y ello me ha hecho darme cuenta de la importancia de unos cuidados paliativos realmente humanos y que miren por el bienestar del paciente y su familia. Esta sociedad está acostumbrada a mirar hacia otro lado cuando se habla de la muerte, sobre todo de la muerte de nuestros mayores. De las cosas que yo hago, donde más capacidad tengo de expandir un mensaje es escribiendo, así que con estas empezamos. No será la última vez que lo haga.

¿Cómo ha sido la experiencia de publicar con Insomnia Ediciones? 

Estoy muy contenta de haber tomado la decisión de publicar con ellos. Esta novela la escribí hace tres años, la mandé a un par de concursos muy importantes, en uno de ellos quedó finalista y al final se quedó en el cajón. Sabía que esta era una novela o de concurso o de una editorial que buscara historias un poco más especiales y menos comerciales, porque obviamente no la veía en un gran grupo. Y está bien, creo que los escritores tenemos que escribir novelas lo más dispares posibles que encajen en editoriales muy muy distintas, esa sería mi carrera soñada como autora. 

Desde que May leyó el manuscrito, se entusiasmó por la historia. Y la han cuidado muy bien. Me siento muy arropada, a pesar de estar viviendo un lanzamiento muy extraño y desconocido para mí, porque no hay ningún tipo de promoción en físico, y eso nunca me había pasado. Da un poco de vértigo, y por eso agradezco más que nunca todas las fotos y el contenido online que los lectores comparten acerca de los libros, no sabéis lo que se ayuda a los autores así en estos tiempos.

¿Qué próximos proyectos tienes? ¿Puedes contarnos algo de información de cualquiera de ellos?

Si todo va bien, el próximo año tendréis algún que otro libro mío en las manos. A pesar de la pandemia, este año ha sido bastante productivo (aunque no me gusta nada ese adjetivo) para mí, y he conseguido dar bastantes pasos hacia adelante. 
No puedo decir nada de las novelas con contrato porque sería muy fácil adivinarlas si alguien mira mi lista de proyectos, ¡lo siento! Sí puedo decir que también estoy reescribiendo alguna novela que tenía casi terminada, es el caso de mi proyecto de ciencia-ficción. A no ser que ya venga un apocalipsis completo, y no lo descartemos, van a ser unos años bastante animados para mí en publicaciones.

Y, por último, además de darte las gracias por poder poder entrevistarte, me gustaría hacerte una pregunta más. ¿Qué novelas que hayas leído últimamente recomendarías?

Desde hace algún tiempo estoy intentando leer narrativa nacional e hispanoamericana digamos más clásica que cae en mis manos, esas grandes novelas escritas en nuestro idioma. No había leído, por ejemplo, El amor en los tiempos del cólera pese a que en mi familia somos unos grandes lectores de Gabo, y me ha fascinado, como siempre. Poco se compara a leer una novela de Gabriel García Márquez por primera vez. 

Pero se acerca el #LeoAutorasOct, así que voy a dar nombres de mujeres, porque sí, un ciclo de lecturas de autores clásicos y consagrados puede ser paritario o solo femenino, ¡y todo! Me he enamorado de Barrio de maravillas de Rosa Chacel, Lo raro es vivir de Martín Gaite, La mujer nueva de Carmen Laforet, y por supuesto, de la relectura que le debía a La casa de los espíritus de Isabel Allende. Honestamente, nunca entenderé ese Nobel a Vargas Llosa teniendo a Isabel Allende, pero en fin. Algún día las grandes narradoras tendrán el lugar que se merecen en la historia de la literatura. Mientras tanto, las recomendaremos y las leeremos. 


¡Y hasta aquí las preguntas! De nuevo quiero agradecer a Alba y a Insomnia por permitirme leer la novela y hacer esta entrevista. Espero que os haya gustado y que le deis una oportunidad a La voz de plata o a cualquiera de sus otras novelas (de hecho, en esta misma página reseñé La chica del león negro hace ya varios años). Esta autora vale muchísimo y ojalá más gente la pueda descubrir.

Estamos en medio del mes de las escritoras y, como dice Alba, las recomendaremos y las leeremos. Durante las semanas que quedan, publicaré unas cuantas entradas más dedicadas a autoras y a sus obras. Y como llevo haciendo desde que comenzó esta iniciativa, seguiré leyendo y difundiendo a escritoras durante el resto del año. ¡Quizás me anime en el futuro a hacer más entrevistas!

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